Se nota en cada bocado.
Su crianza cuidadosa y natural da como resultado una carne mucho más firme, con una textura intensa que se siente en cada corte. Con piezas de mayor tamaño y gramaje, pensadas para los paladares que buscan calidad y autenticidad.
Su inconfundible color amarillo dorado, fruto de una alimentación diaria a base de maíz natural, es el reflejo de una crianza libre, respetuosa y auténtica, que transmite en cada pieza la esencia de la tierra y la pureza de un proceso cuidado al máximo.
Desde la selección de las granjas hasta el momento del envasado, cuidamos cada paso para ofrecerte un producto más sano, más sabroso y más natural.